Comunidad

Yo como tú, soy independiente

Existen 100 millones de personas con discapacidad en el mundo; sólo 3 de cada 10 tienen un trabajo, de ellos sólo el 1% tiene un trabajo formal, según cifras de la OMS.

Cuando persigues tus sueños creces como persona y puedes generar un cambio también quienes te rodean. Un ejemplo de esto es  Joaquín, quien tiene síndrome de Down, y por años ha luchado con los estereotipos que la sociedad ha formado sobre su condición. Hace 2 años y medio se atrevió a desafiar estas ideas para cumplir su sueño de ser autónomo.

Existen miles de personas con síndrome de Down y discapacidad intelectual en el país que se han perdido de muchas oportunidades, pues se tiene una imagen distorsionada sobre ellos; muchas veces se piensa que no pueden desarrollarse como personas independientes y “se cree erróneamente que esta condición es una enfermedad, los miran como ‘niños eternos’ que deben estar al cuidado de sus familiares, y se piensa que nunca podrán trabajar ni ser productivos, o valerse incluso por sí mismos”, apunta Jorge Oscar Pérez Zamora, Gerente de Capacitación en Daunis

Daunis es una Institución de Asistencia Privada que brinda capacitación para la inclusión laboral a personas con síndrome de Down y discapacidad intelectual; que también busca darles las herramientas necesarias para su desarrollo como adultos independientes en la vida diaria, y sacar el mayor potencial de ellos mismos.

Tanto Joaquín como su familia han luchado por largo tiempo para vencer estos obstáculos, pues las barreras no sólo son impuestas por las escuelas, empresas, organizaciones o comunidades, sino también por las mismas familias. No obstante, la familia de Joaquín ha sido un gran apoyo para hacer posible este sueño, gracias a su esfuerzo, al apoyo de Daunis y por supuesto a sus ganas de superarse día con día.

A lo largo de esta lucha, el primer obstáculo al que se enfrentaron los padres de Joaquín fue aceptar que su hijo podía ser una persona autosuficiente. Sin embargo, estaban conscientes de que si no cambiaban esta idea algún día faltarían en la vida de su hijo, y la única persona que podría hacerse responsable sería él mismo. Al respecto, Jorge Oscar Pérez Zamora mencionó: “Este tipo de situaciones son muy frecuentes, pues a los familiares se les hace difícil romper la creencia de que sus hijos nunca podrían ser personas autónomas y dependerían de ellos toda la vida”.

Joaquín es simpático y activo, disfruta jugar al yoyo, su juego preferido, y como todo ser humano, tiene anhelos, uno de los cuales era trabajar en una gasolinera para ver todos los días diferentes marcas de automóviles; pero más trascendental que eso, su sueño era reconocerse como adulto y de esta manera, lograr su autonomía y autosuficiencia.

Ahora que su familia y Joaquín han aceptado la responsabilidad de ser un adulto independiente, con todas las responsabilidades y ventajas que esto representa, los cambios no sólo son visibles sino gratificantes: Joaquín prepara su ropa un día antes de trabajar, se despierta todos los días a las 6 de la mañana, se baña y viste solo, y desayuna para después llegar a las 7:15 am a su trabajo con la mejor disposición. Ahí no sólo se encarga de despachar la gasolina, sino atender a los clientes y relacionarse con otras personas, situación que antes Joaquín y su familia consideraban imposible.

No solamente Joaquín y su familia han percibido los beneficios de la labor de Daunis, ya que antes de la llegada de Joaquín, en la gasolinera de “Servicios el Hueso” había un ambiente de poca colaboración entre los trabajadores, quienes competían por ganarse a los clientes. Pero el trabajo y el carisma de Joaquín han logrado que poco a poco todos empezaran a relacionarse de forma más sana. Tal fue el cambio que provocó Joaquín, que a él y a sus compañeros les dieron un bono de productividad extra.

Aunque para nosotros el despertar cada mañana y prepararnos para afrontar la cotidianidad es de lo más habitual, para las personas como Joaquín se trata de un paso enorme hacia una vida plena. Por eso es importante valorar el esfuerzo que hacen día a día, ya que no sólo luchan contra las barreras que les ponemos como sociedad, sino también por derribar los obstáculos que ellos mismos se imponen

“Debemos cambiar nuestra percepción y comenzar a mirar las cualidades de cada persona sin importar su condición. Las personas con síndrome de Down no son los ‘niños eternos’ que siempre hemos pensado, por el contrario, pueden llegar a ser plenamente independientes y, por lo tanto, tener una calidad de vida mucho mejor”, finalizó Oscar Pérez Zamora.

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