Cada vez son más las personas que recurren a la hipnosis para perder peso. Hartas de probar cuanta dieta, crema, pastilla o ejercicio aparece en su camino, y no ver resultados permanentes, recurren a esta alternativa que promete ayudar a bajar de peso recurriendo únicamente al poder de la mente. Pero ¿realmente funciona?
A diferencia de otros métodos para bajar de peso uno de los rasgos positivos de la hipnosis es que en lugar de atacar el exceso de peso frontalmente acude a sus causas. La mayoría de los métodos para bajar de peso se valen de nuestra fuerza de voluntad para hacer cambios que nos ayuden a perder peso, pero una vez alcanzado el objetivo a menudo viene el rebote. Esto se debe a que hemos atacado el problema por encima, hemos seguido los lineamientos para eliminar esos kilos de más, pero no hemos atacado la raíz: nuestros malos hábitos y las causas que nos llevan a comer de más.
Luis Navarro, director del Instituto de Hipnosis, en España, considera que la clave para adelgazar está en saber escuchar a nuestro cuerpo. Las dietas para bajar de peso solo logran que nuestro cuerpo se rebele, pues tras impedirle ciertos alimentos, una vez que termine la dieta regresaremos a nuestros viejos hábitos. Lo que busca la hipnosis para adelgazar es ayudarnos a reprogramar nuestro cerebro para tener hábitos más saludables que nos ayuden a alcanzar y mantener nuestro peso ideal.
¿Qué tan efectivo es? Para que la hipnosis funcione requiere de cierto grado de confianza y sugestión; es necesario que la persona esté dispuesta a dejarse guiar a través de un proceso que, además, cuenta con muchos detractores y escépticos. El hecho de que además existan muchos charlatanes y fraudes, no favorece la percepción que se tiene del hipnotismo. Pero sea real o no, lo cierto es que es en nuestra mente, nuestras emociones y nuestros hábitos donde radica el verdadero problema del sobrepeso.
Si la hipnosis es una cuestión de sugestión es probable que sea útil para quien la crea y, efectivamente, le ayude a modificar sus hábitos. Pero sea a través de este método o de un reaprendizaje, es necesario aprender a comer únicamente cuando tenemos hambre y no porque factores emocionales nos llevan a ello.
Si decides recurrir a la hipnosis, asegúrate de ponerte en manos de psicólogos certificados. Hay muchos oportunistas esperando beneficiarse a expensas de las necesidades de los otros. También considera que la hipnosis, por mucho que la creencia general lo dicte, no es magia y no hará milagros. Puede ser de ayuda si la sugestión te facilita el cambio de hábitos, pero serán nuestras decisiones, actitudes y hábitos respecto a la comida los que nos permitan lograr nuestro objetivo.
Escrito por: Elena Pedrozo
