Las convicciones son ideas a las que estamos fuertemente adheridas y nos sirven de apoyo en momentos de duda o al tomar decisiones, y también como guía en casi todo lo que hacemos o emprendemos.
Las creamos de nuestro propio discurso y experiencia, de conceptos o actitudes heredados y copiados. Este convencimiento interno es el motor de nuestro comportamiento.
Conocer nuestras convicciones es muy importante, pues con esto haremos que obren en nuestro beneficio. Así que hoy es un buen día para reflexionar sobre éstas. Revisa si están impulsándote y dándote el resultado que deseas.
Nota si alguna está limitándote en tu desarrollo (por ejemplo, si estás convencido de que se ama una sola vez en la vida y te has separado, claramente, tu convicción se interpone para volver a conformar una pareja feliz).
Presta atención para ver si las has generado tú en un momento de tu vida y si aún se aplican y tienen razón de ser. Es bueno tener convicciones y resulta altamente positivo, de vez en cuando, verificar si todas nos resultan funcionales o si ha llegado la hora de desechar alguna, de crecer en cierto aspecto o adecuarlas.
¿De qué estás convencida?
