Una pequeña reflexión sobre la procastinación. Para mí no hay nada más molesto que tener un pendiente sin terminar, o tener una fecha límite para entregar algo y no hacerlo.
Hay personas que incluyen la procastinación como un estilo de vida, es decir, dejan todo para el último momento y unas horas antes, usan esa adrenalina que les provoca la prisa para hacer mejor las cosas. Si hacen mejor o peor las cosas es cosa de ellos, simplemente me refiero a que es una manera de trabajar.
Hay otras personas que se toman el tiempo necesario para planear y esquematizar las actividades, y eso les ayuda a entregar el trabajo con más confianza.
La procastinación no siempre tiene que ver con actividades laborales, uno deja pasar el tiempo para hacer cualquier cosa, pagar facturas de la casa, llamarle a alguien, incluso asistir al doctor o al dentista. El problema con eso no es sólo dejar pasar el tiempo, sino que después los problemas de salud se vuelven más graves y más caros de solucionar. Lo mismo con las facturas, cuando no se pagan generan intereses o peor aún, tener que ir directo a las oficinas antes de que corten el servicio o cualquiera que sea el caso.
Para dominar la procastinación es muy importante primero generar buena autodisciplina, poner acción antes de tener que pagar costos emocionales y sobre todo de salud física.
Aunque las personas que usan mucho de la procastinación parecen tener una actitud despreocupada, no es así, saben que tienen que darle terminación a una serie de pendientes, esos pendientes ocupan espacio en su mente que bien podrían utilizar para disfrutar hacer actividades que verdaderamente quieran hacer, y que no hacen porque están pensando en lo mucho que les falta por hacer...
Todos procastinamos, el asunto es ¿qué tanto? y ¿afectamos a otros por ese motivo?
Escrito por: Regina Kuri
