Este es un cuento que recuerdo cada vez que pienso si estoy haciendo las cosas bien.
Un hombre, al morir, llega al cielo y se encuentra con Dios, quien le da la bienvenida. El hombre, al verlo, le dice: “Dios mío, la verdad es que tuve una buena vida, pero hubo un solo deseo que te pedí permanentemente y nunca me concediste: ganar la lotería”.
Y continúa, explicando: “Siempre fui un buen hombre, traté bien a la gente, fui compasivo y recé a diario. Hubo una sola cosa que realmente quise: todos los días de mi vida, día y noche, mi único pedido a ti fue que me hicieras ganador de la lotería. ¿Por qué no me lo concediste?”
Y Dios le responde: “Si tan solo hubieras comprado UN billete…”
……….
Si no ponemos todo de nuestra parte para lograr algo y permanecemos inmóviles esperando que las cosas sucedan por sí solas, nos estaremos quedando a medio camino e, incluso, tal vez estemos evitando obtener lo que deseamos por no cumplir ciertos requisitos que tal vez sean básicos para alcanzar nuestra meta.
Tengo permanentemente en mente esta historia cuando quiero conseguir algo o que un hecho simplemente suceda en mi vida. Me pregunto:
¿Tomé las medidas necesarias para generar un terreno propicio?
¿Agoté todo lo que yo podía hacer para lograr mi objetivo?
¿Me instruí sobre el tema para entender cuáles son las opciones que aún no había barajado?
¿Pedí ayuda o consejo a quienes tienen más experiencia?
¿Me aparté de lo seguro (que no da resultados) para probar algo distinto?
¿Fui un poco más allá de mis límites?
En resumen… ¿compré mi billete de lotería?
¿Hay alguna historia que te resulta útil aplicar en ciertos momentos de tu vida?
Escrito por: Merlina Meiler
