Todos contamos con una fortaleza interna que nos impulsa y nos va acercando a metas u objetivos que deseamos conseguir.
La fortaleza nos ayudará a derribar obstáculos y a distinguir que pasos dar y cuál es el camino que nos llevará a alcanzar nuestros cometidos.Aunque en algunos momentos seamos inseguros, tengamos dudas, o creamos que no contamos con lo necesario para hacer nuestro aquello que queremos, en el interior anida una fuerza extremadamente poderosa que motiva a ponerte en movimiento, a soportar cargas y a resistir en caso de que sea necesario, hasta ir acercándote a tu objetivo.
Esto pasa una y otra vez como inspiración o para recargar pilas cuando las sientes agotadas. Pero si no tienes en cuenta permanentemente, el éxito se hará visible en tu vida antes de lo que imaginas.
Algunas de las fortalezas más comunes son:
- Una mamá o un papá que solos (o acompañados) tienen que educara un hijo: esta es una de las razones más motivadoras para ponernos en acción y para velar por el bienestar del niño.
-Tener un sueño por cumplir: tal vez hace mucho que añoras concretar algo que es importante para ti, como terminar tus estudios, no tener deudas, destacarte en alguna área o aprender a bailar o a cantar. Imagínate haciendo lo que tanto deseas, permite que tu sueño sea tu fortaleza y embárcate en esa hermosa aventura – ¡vale la pena intentarlo!
-Tener una vocación. Conectarte con la disposición que respalda tu elección alivianará el camino hasta llegar al final. Si ya trabajas, ten siempre presente la motivación que ha permitido que ocupes tu lugar actual.
Detectar con exactitud tu fortaleza y basar tus actos en ella, te ayudará como motor a impulsar tu conducta. Además, guiará tus pasos y, en caso de que se presente alguna flaqueza o incertidumbre (totalmente razonable y esperable), funcionará como una brújula que te permitirá llegar a buen puerto.
¿Cuál es tu fortaleza interna?
Merlina Meiler
